Con calma frente al mundo celebro la quietud plena de la tarde. El horizonte firme traspasa la mirada, tiñe de azul los días. Qué extraña y sigilosa tu sonrisa.
La línea de la quietud, siempre escondida tras del horizonte. Sólo hay que levantar el mar, la cresta de la montaña, o la alfombra, y ahí aparece. ¡Gracias por recordarlo!
La vida es humo, como dijo el poeta. Prisa sin destino. Reflexiones mínimas en este espacio para conjurar los tiempos y su bruma. Acaso, todavía, nos una la palabra y salvemos las distancias.
4 comentarios:
Serenidad: la virtud más parecida al sol. Dale cobijo.
No podía ser otro que Rice, y claro, tú.
David, ya te enlacé en mi sitio.
La línea de la quietud, siempre escondida tras del horizonte. Sólo hay que levantar el mar, la cresta de la montaña, o la alfombra, y ahí aparece. ¡Gracias por recordarlo!
Gracias, Miguel, por enlazarme entre tus brazos. Larita y Fran, gracias por vuestro aliento. Besos para todos.
Publicar un comentario