lunes, 9 de julio de 2012

Tiempo de silencio



En este tiempo de silencio siguieron copando portadas pésimas noticias económicas. El vuelo de la corneja trastocada en gaviota pepera presagiaba lo peor y así fue por arte y gracia de millones de españolitos que auspiciaron el cambio (mérito también de los sociatas precedentes). Y ante este clima de crispación la Real Academia Española de la Lengua  incluirá ya en su vigésima tercera edición del diccionario los términos pepero y sociata, por si las moscas. En Andalucía la izquierda unida bajo sigla se desmorona tras la traición a los trabajadores con el apoyo al plan de reequilibrio financiero. Y la cara de esos politicastros de signo tan diverso me provoca repulsión y despierta mi mala uva.

En este tiempo de silencio yo seguí desilusionándome y entusiasmándome, leyendo a deshora y follando a destajo, llorando y riendo. La vida es mucho más que economía -dije hace poco a unos jóvenes-, la vida es una puesta de sol, una discusión de madrugada, una traición inesperada, amor y desamor, amistad, fluidos, muerte, farolas de vuelta a casa. No podemos caer en la inacción pero tampoco debemos dejarnos arrastrar al desconsuelo. Debemos seguir follándonos los unos a los otros, debemos seguir traicionándonos y dejándonos traicionar, canturreando estribillos contigo camino de esa cala de luz donde apenas va nadie. Y cagándonos en la puta madre de los politicastros porque la vida también es economía y debemos aspirar a vivir en un mundo lo más cómodo posible para todos. Ojalá seamos capaces de plantar cara ante tanto canalla desde la pura vida. La vida es bella, ya verás/ como a pesar de los pesares/ tendrás amigos, tendrás amor...


[Los huríes, Anglada-Camarasa, 1872-1959]