domingo, 26 de abril de 2009

Adiós, ramal


Raíles y retama, jaramago.
El canto de los grillos en la noche
me lleva hasta el lugar donde otro tiempo
rodaban los vagones entre juegos
de niños, bajo atenta mirada de los viejos.

Y gritaba Pinín, Rosa gemía
al paso de los coches de tercera,
la esquila de Cordera tintinea
la sombra de este prao desde entonces.

Hoy de vuelta al carril de aquella vida,
con óxido y orín en esta vía
colmada de silencio ante la luna,
apreciad todavía cómo late
el silbido de un tren entre sus piedras.

2 comentarios:

Miguel Ángel Maya dijo...

...Un recuerdo así, tan esquivo como las vías de tren sepultadas por la malahierba, y organizado en raíles endecasílabos, me trae a la memoria todas esas vías muertas, esos túneles olvidados y oscuros y esa vida que una vez estuvo ahí y de la que ahora sólo quedan cicatrices, ni siquiera heridas, o bien simple recuerdo, huella o un leve eco que, algún día, también terminará por extinguirse...
...Beso...

Lara dijo...

Ayer lo leí pero hoy he vuelto, para que se me metiera en la cabeza.

Creo que necesito oírlo de tu propia voz.

El día 13, creo que Cádiz.

¿Cómo te viene?

Y creo que hasta el 17, más o menos y con posibles modificaciones.