domingo, 4 de octubre de 2009

Ayer


Ayer acabé cantando cumpleaños feliz en portugués a las cinco de la madrugada. Salir solo depara esas sorpresas. Salir solo y haber holgazaneado un curso básico de lengua lusa con veintitantos. Pero se necesita empeño. Hay que vencer la inercia. Siempre me costó dejarme llevar. Tarde o temprano hay que volver de donde te llevaron y mi orientación es pésima. Hay gente que empieza a sonreírme tímidamente en los bares. Les sonrío. Con insistencia sonrío mientras las luces molestan las pupilas. Me siento fuera de sitio. Pido otro gintónic y asumo que no me iré hasta que enciendan las luces. Parabéns a você, nesta data querida. A las seis nos echan. Dudo si coger un taxi e ir a otro local. Mala señal. Debería haber bebido mucho más. Al menos la cantidad suficiente como para no plantearme aún la vuelta a casa. Tomo nota. De los errores se aprende.


[Foto: L. Moreno, Vuelta a casa]

4 comentarios:

Lara dijo...

no está mal

Lara dijo...

digo la excursión

Miguel Ángel Maya dijo...

...Hay dudas que son fatales a ciertas horas de la mañana, con taxis, oficinistas, cerrojos que empiezan a abrirse, máquinas de café que silban, y otras ambiguas amalgamas...
...Supongo que yo lo veo en blanco y negro: te veo a ti, cantando en portugués, fumando, riendo, queriendo olvidar algo, e incluso te imagino con sombrero, y pienso que ése puede ser un buen comienzo, y quiero que sea un buen comienzo, y sonrío, y te quito el sombrero y te revuelvo el pelo, desde la distancia, desde el sur...

Lara dijo...

te toca