domingo, 23 de marzo de 2008

Claro del bosque


Trepa la yedra oscura en su verdor recóndito. Busca la cima. Nadie se adentra al fondo. Entre las ramas se cierne la umbría. No hay rastro. Ni una huella. Pero hay guirnaldas luminosas sobre el lodo, refulgentes. ¿Alguien pasó volando?

4 comentarios:

Lara dijo...

No eres más poeta porque eres David Jota. Me encanta.
Buen Berlín, ¿no?
Besoooo!

Francisco Sianes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Francisco Sianes dijo...

Sólo pasó quien vio (o imaginó, lo que ciertamente no es muy distinto) la escena.

Amigo David Jota, no abuse del dáctilo y troqueo, que le pierden.

"Sol el ocaso".

"Luz y tiniebla".

"Claro del bosque".

Cada hombre posee sus propios ritmos interiores y usted parece haber encontrado el suyo. Vaya a saber lo que eso significa.

David J. Calzado dijo...

Larita,

No sé si tomarme a mal que me llames "poeta". Como lo dices a cara descubierta, me lo pienso...

Sianecius,

¿Cómo explica las guirnaldas del lodo? ¿Imaginación y delirio? No sé qué pueda significar mi abuso del dáctilo y troqueo. Confío que algún crítico lo descubra en próximas vidas.